viernes, 25 de julio de 2014

sesión 5: ¿Cómo ser un buen profesor?

La última mesa redonda fue el broche de oro. El panel de invitados era, simplemente, espectacular. "Los decanos de ELE", como los bautizó Carlos González, el moderador.


¿Cómo ser un buen profesor ELE? La pregunta centró el devenir de la sesión. Para Javier Villatoro la receta debe partir de dos elementos sin los cuales no puede cocinarse el resto: el fuego de la ilusión (capaz de afrontar las condiciones laborales complicadas que campan en el sector) y la cazuela de la formación constante. Luego, cada quien enfatizó unos u otros ingredientes. Fran Herrera puso el acento en la preparación de la clase, mientras que para Encina Alonso nos recuerda lo valioso de la improvisación cuando el profesor es capaz de "mirar" a sus alumnos y tirar por la borda los planes de clase para atender a sus necesidades. En una línea parecida, Neus Sans subraya la importancia de los alumnos, "nuestros mejores maestros". Es más, desde esta perspectiva empática el principal rol del maestro es "la gestión del grupo" y, en concreto, el apoyo emocional, la labor de coaching en el proceso de aprendizaje. Algunos ingredientes más: el afecto, la innovación, el dominio y conciencia de la lengua, la sensibilidad intercultural, el uso creativo y pedagógico de la tecnología.

Infografía elaborada por Isa Leal (TODOELE) sobre la 5° sesión de los VI Encuentros Todoele
Mapear la cantidad de cualidades que los invitados consideran relevantes es muy rica. Inserto un mapa conceptual de esas cualidades señaladas de manera más explícita o implícita, a lo largo de la mesa redonda.



En definitiva, como bien recordaba Marta Baralo, ser "profe de español" es la síntesis de un sin fin de habilidades profesionales, que caricaturizaba el famoso chiste gráfico de Forges en El País:

Chiste Gráfico de Forges en El País

¿Qué me llevo de ese debate? Muchas cosas. Sobre todo la sensación de que en los últimos años se ha producido un empoderamiento del profesor ELE, que tiene ante sí una gran oferta de rutas formativas y una actividad en línea potencialmente muy enriquecedora. La sombra es que a pesar de la profesionalización del sector las condiciones de trabajo siguen siendo calamitosas y da la impresión de que no se ha avanzado mucho en ese sentido.