domingo, 1 de junio de 2014

Primera mesa redonda: el futuro de los manuales de ELE (relación amor-odio)


El 16 de mayo se celebró la primera mesa redonda de los VI  Encuentros TODOELE, moderada por Carlos González . En esta ocasión, en lugar de una ronda de videoconferencias se optó por un modelo más dialogado a través del hangout de Google+.

Los participantes de la primera mesa fueron:

Un panel interesante, con diferentes bandos invitados, el de las editoriales (Chema -Edinumen y Javier-EnClave ELE) frente a los autores y profesores Basols, Esperanza y Jose Ramón, y con diferentes contextos educativos: España (Javier, Chema y Jose Ramón), EEUU (Esperanza) e Inglaterra (Basols).


 La primera sensación que me llevo es la complejidad del ecosistema. Una variable importante son los enfoques pedagógicos dominantes. Tanto Javier (EnClave ELE) como Chema (Edinumen) confesaron hasta qué punto el giro europeo hacia el enfoque comunicativo a partir del MCRE y del respaldo del Cervantes les ofrece la ruta a seguir a la hora de construir los manuales. Sin embargo, Esperanza comentó la importancia del contexto geográfico pues en el mercado cultural estadounidense los exámenes estandarizados y el miedo a herir sensibilidades de raza o géneros eran factores normativos. También parece que el mercado editorial, a juicio de Basols, se orienta hacia niveles más básicos de aprendizaje y descuida las necesidades de aprendices de competencias avanzadas. Otra variable relevante es el contexto institucional, donde los sistemas más escolarizados parecen obedecer a unas reglas más restrictivas mientras que las escuelas gozan de un alumnado con intereses más diversos. Incluso alguien de la audiciencia reclamó más atención hacia grupos de aprendices adultos.

Tal vez por ello una de las palabras que más repitieron todos los participantes fue la "flexibilidad" como lema a seguir tanto por las editoriales, con la tarea de ofrecer materiales orientados a necesidades, grupos de aprendizaje y contextos educativos cada vez más plurales, como por los profesores, cuya labor es precisamente es "traducir" esos materiales a las necesidades específicas de los alumnos. Así lo resume Chema: "la tendencia actual es hacia la especialización".

Otra palabra mágica en el debate fue el "diálogo". Basols reclamaba a las editoriales que tomaran más en cuenta a los autores y testaran sus materiales con la participación activa de los profesores. Chema, a su vez, buscaba el equilibrio entre el sesgo comunicativo del enfoque europeo y el interés práctico del entorno editorial e institucional estadounidense. De hecho, sus palabras de despedida apuntaban a diluir la oposición de profesores y editoriales, una relación de "amor-odio" como la calificaba Esperanza, ante el hecho de que la mayor parte del equipo de las editoriales de ELE estaba conformado por profesores. El reto, por tanto, es abrir canales de comunicación e interacción que puedan mejorar tanto la calidad y diversidad de los materiales como su aplicación práctica por parte de los profes.

Retomando la pregunta clave de la mesa: ¿cuál es el futuro de los manuales? Alguien de la audiciencia formuló una pregunta incisiva: ¿es internet el mejor libro de texto? Para mi sorpresa, los participantes parecieron subestimar los cambios radicales que impone internet en el aprendizaje de idiomas e insistieron en la utilidad de seguir contando con manuales, con "recetas", en palabras de Basols. Sin embargo, el propio Chema, de Edinumen, reconoció el salto generacional que se estaba produciendo en el mercado editorial. En sus propias palabras: "además de materiales digitalizados se incorporaron herramientas para organizar chats, subir videos, acceder a plataformas en la web, códigos para acceder a soluciones, etc..". "comprar un manual implica comprar el formato papel pero también el ebook y también el acceso a una plataform LMS". "El futuro ya está aquí". 

Sí. Parece que el futuro de los manuales hacia modelos de acceso abierto y participación, en consonancia con la evolución de la web 2.0, ya ha llegado. Pero lo que también resuena en el coro de participantes es que el sector es intrínsecamente complejo y que la evolución de la educación en él deberá aceptar y atender esa diversidad de contextos socioculturales, enfoques educativos, tensiones profesor-institución-mercado cultural-industria editorial, estilos de aprendizaje y, en última instancia, necesidades específicas de las personas que desean aprender.

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