Mi trayectoria académica refleja mis dos pasiones: el lenguaje y la innovación educativa. Inicié el camino en la Universidad Complutense de Madrid, donde me licencié en Filología Hispánica y donde también hice una maestría en Filología Románica. Esa formación pude enriquecerla cruzando el charco con una maestría en Lengua y Literatura Hispanoamericana en la Universidad de las Américas-Puebla (UDLAP), una universidad privada, encantadora, de Cholula (Puebla, México).
Fue a partir de entonces que me entregué a la docencia universitaria. Primero como profesor de español para extranjeros en Cuernavaca, donde trabajé para el Tecnológico de Monterrey y la Universidad Internacional. Y después, ya de regreso a Puebla, como profesor de escritura académica en la UDLAP. También colaboro en la Universidad Autónoma de Tlaxcala en una cátedra de la Maestría de Lenguas Modernas y Análisis del Discurso.
Como docente y como investigador me interesa especialmente la innovación educativa y, dentro de ella, la exploración de tecnologías digitales bajo modelos educativos emergentes (conectivismo, aprendizaje entre pares, educación expandida, entre otros). Es por ello que me he embarcado en la "aventura" (por usar un eufemismo) de cursar dos doctorados relacionados con estos intereses. En el Tecnológico de Monterrey mi estudio doctoral intenta responder, a través de la investigación-acción, a la siguiente pregunta: ¿cómo abordar en la era digital la enseñanza de la escritura académica en la universidad mexicana? Y en la Complutense estoy iniciando una investigación etnográfica de comunidades virtuales de profesores de ELE, que es precisamente lo que motiva el nacimiento de este blog. Quiero saber, en pocas palabras, qué se aprende y cómo aprenden las personas que participan en esa comunidad.
Falta un aspecto crucial e ineludible dada mi formación: soy escritor. Pero me siento incómodo en el halo romántico que suele acompañar a ese oficio. En mi caso lo que más disfruto es la escritura pedagógica y divulgativa. He publicado casos didácticos para el Banco Internacional de Casos del ITESM, un capítulo en Mitos de la Lengua, un relato de ficción para aprendices de español de nivel avanzado (B1) y un capítulo de un libro sobre alfabetización académica dirigido a docentes de nivel universitario. Como investigador mi mayor orgullo hasta la fecha es la publicación de mi estudio en la RMIE (Revista Mexicana de Investigación Educativa) sobre el uso comunitario de los blogs para el desarrollo de una comunidad de aprendizaje académico. Sin embargo, mi incurable optimismo me hace sentir que lo mejor de mi obra como innovador educativo está aún por llegar.
Fue a partir de entonces que me entregué a la docencia universitaria. Primero como profesor de español para extranjeros en Cuernavaca, donde trabajé para el Tecnológico de Monterrey y la Universidad Internacional. Y después, ya de regreso a Puebla, como profesor de escritura académica en la UDLAP. También colaboro en la Universidad Autónoma de Tlaxcala en una cátedra de la Maestría de Lenguas Modernas y Análisis del Discurso.
Como docente y como investigador me interesa especialmente la innovación educativa y, dentro de ella, la exploración de tecnologías digitales bajo modelos educativos emergentes (conectivismo, aprendizaje entre pares, educación expandida, entre otros). Es por ello que me he embarcado en la "aventura" (por usar un eufemismo) de cursar dos doctorados relacionados con estos intereses. En el Tecnológico de Monterrey mi estudio doctoral intenta responder, a través de la investigación-acción, a la siguiente pregunta: ¿cómo abordar en la era digital la enseñanza de la escritura académica en la universidad mexicana? Y en la Complutense estoy iniciando una investigación etnográfica de comunidades virtuales de profesores de ELE, que es precisamente lo que motiva el nacimiento de este blog. Quiero saber, en pocas palabras, qué se aprende y cómo aprenden las personas que participan en esa comunidad.
Falta un aspecto crucial e ineludible dada mi formación: soy escritor. Pero me siento incómodo en el halo romántico que suele acompañar a ese oficio. En mi caso lo que más disfruto es la escritura pedagógica y divulgativa. He publicado casos didácticos para el Banco Internacional de Casos del ITESM, un capítulo en Mitos de la Lengua, un relato de ficción para aprendices de español de nivel avanzado (B1) y un capítulo de un libro sobre alfabetización académica dirigido a docentes de nivel universitario. Como investigador mi mayor orgullo hasta la fecha es la publicación de mi estudio en la RMIE (Revista Mexicana de Investigación Educativa) sobre el uso comunitario de los blogs para el desarrollo de una comunidad de aprendizaje académico. Sin embargo, mi incurable optimismo me hace sentir que lo mejor de mi obra como innovador educativo está aún por llegar.
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