miércoles, 11 de junio de 2014

sesión 4: hangout sobre redes sociales y ELE

Mesa de lujo para celebrar la cuarta sesión de los VI Encuentros TODOELE:

David Vidal: Miembro de NODOS ELE. Trabaja en Aonia.es.
        @dvidal
Daniel Varo: Máster en la Universidad de Sevilla: "Twitter en la Enseñanza de ELE"
        @Dani_Varo   
Adelaida Martín: CEA Universidad de New Haven
       @amartinbosque
Elisa Hergueta: Colaboradora de Máster en Redes Sociales y Aprendizaje Digital (UNED)
       @elisahergueta
Jose Luis Cabello: trabaja en Servicio de Redes Sociales, Área de Formación INTEF (MECD)
        @idocente
Y un servidor... haciendo su debut como moderador. :-)


Jose Luis inició con arte pedagógico agarrando el toro por los cuernos: ¿A qué nos referimos cuando hablamos de redes sociales? Pues a un montón de cosas, entre ellas:
  • Tipos de redes sociales: "generalistas" (como Facebook), de microblogging (Ej: Twitter), redes sociales con fines profesionales (lo que en EEUU suele llamar VCoP, es decir, Virtual Communities of Practice) y plataformas 2.0 de gestión de contenidos (como Diigo o Slideshare).
  • Tipos de usos educativos de las redes sociales: como entorno de formación docente autodidacta y como herramientas "que usan los profesores en el aula".
El peligro de perdernos en este océano era grande. Para ayudarnos a remar, los invitados contaron ejemplos concretos de lo que han significado las redes sociales en su propia trayectoria profesional. David Vidal nos contó la "prehistoria" de NODOSELE (una de las páginas de referencia del sector) surgida a partir de los vínculos personales que sus creadores iniciaron en Twitter. Y Daniel Varo nos recordó la historia de la etiqueta Twitterele, que rápidamente empezó a funcionar como cruce de caminos digitales entre profesores ELE.

Fruto de esa conexión pueden nacer proyectos en colaboración que conviertan las redes sociales en la extensión del aula. Un buen ejemplo es el concurso que Pilar Munday y Adelaida Martín idearon en Instagram. Por eso, para Elisa Hergueta, la clave de las redes sociales reside en el "factor relacional", que pueden contribuir no sólo a la práctica lingüística de los alumnos sino a la construcción de comunidades de aprendizaje.

Ahora bien, ¿cómo aprovechar en el aula ese potencial? Jose Luis le concede un peso especial al diseño pedagógico ("lo importante es tener claro el propósito de las actividades"), mientras que David Vidal acepta el caos y la banalidad inherente a cualquier red social como parte de los procesos naturales de aprendizaje. Se puede, por tanto, entender las redes sociales desde una perspectiva pedagógica o bien, a la inversa, entender los procesos educativos desde la perspectiva de las prácticas culturales que se dan en las redes sociales (interacción, descentralización, colaboración, ubicuidad, aprendizaje emergente). Entre ambas posibilidades, un infinito campo de exploración.

Lo que parece claro es que el auge de las redes sociales produce un giro copernicano en la educación: el profesor deja de ser el centro de la galaxia y es el aprendiz quien tiene a su disposición la infinita biblioteca de la que hablaba Borges antes de que existiera la internet. Eso sí, las redes sociales nos han ayudado a entender internet como una red de personas con las que uno puede aprender. Daniel Varo ofrece dos consejos prácticos a modo de mapa en este laberinto:

        1. Sigue a las personas que siga algún gurú en Twitter
        2. Comparte (el "sharismo" como la esencia de la era digital)

David Vidal predicó con el ejemplo y nos compartió un cachito de su biblioteca de cabecera (quien la pillara!):

Johnson, 2005
Siemens, 2006


Cobo y Moravec, 2011

En realidad, no sólo se compartieron libros o conceptos como el Factor Relacional, el conectivismo o el aprendizaje ubicuo. Toda la sesión dio para montar un taller de PLE (jijij... que no nos escuche Jesús Suárez, pues es capaz de organizarlo):
 La conversación sigue en modo "abierto", como el GoogleDocs creado para la ocasión...

martes, 3 de junio de 2014

Tercera sesión de VI Encuentros TODOELE: la reinvención del profesor ELE

El viernes pasado (30 de mayo) tuvo lugar la tercera sesión de los VI Encuentros Todoele. Era la primera de las dos sesiones dedicadas a la tecnología. Éste fue el panel de invitados:





Para mí, lo más valioso de la discusión fue la actitud desmitificadora de los invitados. Sí, las tecnologías digitales y la internet han llegado para quedarse, pero por encima de la tecnología, como insistía Ana Martínez al principio de la sesión, está la "metodología". En la práctica, eso significa que el profesor ELE debe adquirir competencias de tecnología educativa sin olvidar que su función no es el dominio de las herramientas en sí, sino su función pedagógica. ¿Qué competencias? Jose Luis Cabello aludía a la necesidad de una "hoja de ruta" para ello e Iker Erdocia proponía tres documentos (ver abajo) que a día de hoy marcan el camino. 

El proceso iniciático pueden ser los cursos de formación y los másters. El propio Jose Luis Cabello colabora en un centro formativo docente de perfil innovador, Educalab. Pero Ana Martínez le dio la vuelta al calcetín y comentó que si bien para alguien que inicia el camino ese tipo de cursos podían ser una puerta de acceso, también había que tomar en cuenta cada vez más el aprendizaje por tu cuenta. ¿Cómo? Desarrollando tu propia red personal de aprendizaje. Además, hay que asumir también que la adopción de esa tecnología pasa por un proceso en el que al principio aprendes a manipularla, luego "digitalizas lo que hacías antes de ella" y por último la usas de forma creativa. Antes de volar hay que gatear. 

El consenso, por tanto, fue total a la hora de valorar la importancia de un diseño pedagógico que diera sentido al uso de la tecnología pues, como la propia Ana argumentaba, " la tecnología ha llegado para hacer más fáciles las cosas (ej: la lavadora), pero en educación muchas veces no ha sido así". Para Iker el uso de tecnología digital debía estar sobre todo orientado a extender la posibilidad del aprendizaje fuera del aula y tenía cada vez más sentido como entorno de interacción y colaboración. Por eso Jose Luis Cabello insistía en idear proyectos que estimulen ese tipo de aprendizaje cada vez más autónomo y dialógico. 

En lo que sí discreparon los invitados fue en el manejo de las resistencias que podían presentar los alumnos. Iker, por ejemplo, era partidario de respetar que algunos se negaran a usar ciertas tecnologías. Jose Luis, en cambio, lanzaba la siguiente pregunta: "¿aceptaríamos que un alumno se negara a usar un boli o a escribir en papel?". Entre ambas posturas, Ana, Jorgelina y Pilar preferían la astucia de ofrecer alternativas (como que el alumno use un usuario diferente o creen un avatar ficticio). En cualquier caso, la clave para todos era ayudar a sus alumnos a comprender las ventajas y el sentido educativo de esas experiencias.

Para rematar, los invitados entraron en modo "penitente" y confesaron sus fracasos tecno-educativos. Jose Luis achacó una actividad de comunicación intercultural fallida a la falta de un plan pedagógico claro por su parte. Ana asumió equivocadamente que sus alumnos era usuarios veteranos de Facebook. Iker reconoció que a veces impuso el uso de esos entornos digitales interactivos sin que los alumnos entendieran bien el sentido de ese trabajo. También, como a Pilar, los alumnos le reclamaron la necesidad de ser corregidos en sus mensajes electrónicos. Y Jorgelina confesó que en sus cursos para formar docentes solía debía reducir sistemáticamente sus propósitos de enseñanza ante la dificultad de los profesores para dominar todas las tecnologías que se ponían en juego.  

En definitiva, la reinvención del profesor y la reflexión constante sobre la pedagogía, a juicio de los panelistas, no son una etapa más de la profesión ELE. Son el camino mismo en esta era digital. El rayo que no cesa. 

Documentos de referencia (mencionados por Iker):

domingo, 1 de junio de 2014

Primera mesa redonda: el futuro de los manuales de ELE (relación amor-odio)


El 16 de mayo se celebró la primera mesa redonda de los VI  Encuentros TODOELE, moderada por Carlos González . En esta ocasión, en lugar de una ronda de videoconferencias se optó por un modelo más dialogado a través del hangout de Google+.

Los participantes de la primera mesa fueron:

Un panel interesante, con diferentes bandos invitados, el de las editoriales (Chema -Edinumen y Javier-EnClave ELE) frente a los autores y profesores Basols, Esperanza y Jose Ramón, y con diferentes contextos educativos: España (Javier, Chema y Jose Ramón), EEUU (Esperanza) e Inglaterra (Basols).


 La primera sensación que me llevo es la complejidad del ecosistema. Una variable importante son los enfoques pedagógicos dominantes. Tanto Javier (EnClave ELE) como Chema (Edinumen) confesaron hasta qué punto el giro europeo hacia el enfoque comunicativo a partir del MCRE y del respaldo del Cervantes les ofrece la ruta a seguir a la hora de construir los manuales. Sin embargo, Esperanza comentó la importancia del contexto geográfico pues en el mercado cultural estadounidense los exámenes estandarizados y el miedo a herir sensibilidades de raza o géneros eran factores normativos. También parece que el mercado editorial, a juicio de Basols, se orienta hacia niveles más básicos de aprendizaje y descuida las necesidades de aprendices de competencias avanzadas. Otra variable relevante es el contexto institucional, donde los sistemas más escolarizados parecen obedecer a unas reglas más restrictivas mientras que las escuelas gozan de un alumnado con intereses más diversos. Incluso alguien de la audiciencia reclamó más atención hacia grupos de aprendices adultos.

Tal vez por ello una de las palabras que más repitieron todos los participantes fue la "flexibilidad" como lema a seguir tanto por las editoriales, con la tarea de ofrecer materiales orientados a necesidades, grupos de aprendizaje y contextos educativos cada vez más plurales, como por los profesores, cuya labor es precisamente es "traducir" esos materiales a las necesidades específicas de los alumnos. Así lo resume Chema: "la tendencia actual es hacia la especialización".

Otra palabra mágica en el debate fue el "diálogo". Basols reclamaba a las editoriales que tomaran más en cuenta a los autores y testaran sus materiales con la participación activa de los profesores. Chema, a su vez, buscaba el equilibrio entre el sesgo comunicativo del enfoque europeo y el interés práctico del entorno editorial e institucional estadounidense. De hecho, sus palabras de despedida apuntaban a diluir la oposición de profesores y editoriales, una relación de "amor-odio" como la calificaba Esperanza, ante el hecho de que la mayor parte del equipo de las editoriales de ELE estaba conformado por profesores. El reto, por tanto, es abrir canales de comunicación e interacción que puedan mejorar tanto la calidad y diversidad de los materiales como su aplicación práctica por parte de los profes.

Retomando la pregunta clave de la mesa: ¿cuál es el futuro de los manuales? Alguien de la audiciencia formuló una pregunta incisiva: ¿es internet el mejor libro de texto? Para mi sorpresa, los participantes parecieron subestimar los cambios radicales que impone internet en el aprendizaje de idiomas e insistieron en la utilidad de seguir contando con manuales, con "recetas", en palabras de Basols. Sin embargo, el propio Chema, de Edinumen, reconoció el salto generacional que se estaba produciendo en el mercado editorial. En sus propias palabras: "además de materiales digitalizados se incorporaron herramientas para organizar chats, subir videos, acceder a plataformas en la web, códigos para acceder a soluciones, etc..". "comprar un manual implica comprar el formato papel pero también el ebook y también el acceso a una plataform LMS". "El futuro ya está aquí". 

Sí. Parece que el futuro de los manuales hacia modelos de acceso abierto y participación, en consonancia con la evolución de la web 2.0, ya ha llegado. Pero lo que también resuena en el coro de participantes es que el sector es intrínsecamente complejo y que la evolución de la educación en él deberá aceptar y atender esa diversidad de contextos socioculturales, enfoques educativos, tensiones profesor-institución-mercado cultural-industria editorial, estilos de aprendizaje y, en última instancia, necesidades específicas de las personas que desean aprender.